Defensoras de gran calibre

«Arma de Supervivencia»

 

El Día Mundial de las Abejas, se conmemora desde el 20 de mayo de 2018 y fue establecida el 20 de diciembre de 2017 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, para recordar la importante contribución de estos pequeños insectos en la preservación de la biodiversidad y la seguridad alimentaria, así como para crear conciencia sobre las amenazas y atentados a los que se enfrentan. Eligieron justo el día que se celebra el nacimiento de Anton Janša, un apicultor esloveno del siglo XVIII que fue pionero en las técnicas modernas de apicultura.

 

Las abejas son vitales para la vida en la tierra. Sin embargo, estos polinizadores se encuentran en peligro de extinción y muchas de sus especies están en grave declive, sufren un atentado diario y es necesario tomar medidas de protección para ellas.

 

Nombre común: Abeja Melífera
Nombre científico: Apis mellifera
Clase: Invertebrados
Nombre colectivo: Colonia, enjambre
Vida media en libertad: Hasta 5 años
Tamaño: De 1 a 1.50 centímetros

 

Las abejas son insectos sociales y colaboradores que viven en las colmenas formando grandes colonias, lo que ha proporcionado a las sociedades humanas miel y cera de abeja desde hace miles de años. Por esto! Son unos grandes vecinos. Este uso comercial ha desarrollado la industria de la apicultura, que se dedica a la cría de abejas, aunque muchas especies siguen viviendo en la naturaleza.

 

Con cerebros del tamaño de una semilla, las abejas son insectos que llevan a cabo sorprendentes funciones interconectadas para mantener la salud de su colmena. Dentro de lo que llamamos comúnmente «abejas» existen en realidad tres castas: las abejas obreras, la abeja reina y los zánganos.

 

El trabajo de una abeja viene determinado por su sexo. Las únicas que normalmente vemos son las abejas obreras. Una única colmena de abejas tiene aproximadamente de 30,000 a 80,000 y, de ellas, casi todas son abejas obreras. Esto significa que son hembras más pequeñas que la reina y que no pueden reproducirse.

 

Además de las tareas limpiadoras, la abeja obrera pasa casi una semana cuidando y alimentando a las larvas con jalea real, una secreción nutritiva que contiene proteínas, azúcares, lípidos y vitaminas. Tienen su propio restaurante.

 

El trabajo de la abeja reina es sencillo: pone los huevos que constituirán la nueva generación de abejas. Normalmente no hay más que una abeja reina en una colmena. Si muere, las obreras crean una nueva abeja reina alimentando a una de las obreras con una dieta especial, la jalea real.

 

Los zánganos, tienen una función polémica. En el aire, tratan de aparearse con ella y, si lo logran, caen al suelo en una muerte victoriosa. La abeja reina se aparea con hasta 20 zánganos y almacena los espermatozoides durante el resto de su vida.

 

Las abejas viven durante todo el invierno de la miel y el polen almacenados, manteniéndose juntas para conservar el calor. Las larvas también se alimentan en invierno de los productos almacenados y, al llegar la primavera, vivirá un nuevo enjambre en la colmena.

 

A pesar de la importancia vital de estos insectos por su función como polinizadores de una gran mayoría de las especies que se encuentran en nuestro planeta y de nuestros cultivos, los estudios demuestran una tendencia general descendente en la diversidad mundial de las abejas y suscita preocupación por la situación de estas polinizadoras.

 

«Plaza de Flores»

 

De las 20,000 especies que existen, muchas polinizan el 85% de los cultivos y las frutas en todo el mundo. Durante las últimas décadas, el número de especies de abejas documentadas en estado silvestre ha descendido a nivel mundial: no hemos visto a un cuarto de las especies desde la década de 1990.

 

El auge agrícola a nivel mundial provocó una fuerte pérdida de hábitat durante la segunda mitad del siglo pasado, mientras que el uso de plaguicidas afectó a muchas de las plantas de las que dependen las abejas.

 

Además, el aumento de las temperaturas debido al cambio climático ha matado a muchas de las poblaciones y ha expulsado a otras especies de abejas de sus áreas de distribución. Otra de las causas del declive es la introducción de especies no autóctonas para polinizar cultivos agrícolas específicos, lo que a menudo introduce también patógenos que provocan pandemias entre estos insectos.

 

Por esto! hay que tomar acciones de gran calibre para proteger no solo a ésta, si no a todas las especies con las que habitamos el planeta.

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