Autoridades en moda, polémico empresario

«El Dinero Tiene Nombre»

 

La fachada de «Louis Vuitton Matsuya Ginza» en Tokio, cuenta con un diseño de gran calibre, realizado por el arquitecto japonés Jun Aoki, quien señala que la imagen está inspirada en la antigua ciudad de Ginza, reconocida por el estilo Art Deco de sus edificios. Dicha ciudad fue la entrada de la capital japonesa, junto a Shimbashi, siendo también una ciudad de vanguardia que introdujo los patrones del edo-komo, tradicional de Tokio.

 

Este espectacular edificio, cuenta con paredes con un relieve geométrico que hace referencia al patrón a cuadros característico de la marca francesa y al kimono tradicional de Japón, elementos que como disparos, hacen una gran combinación de arquitectura y simbolismos.

 

La casa y compañía de moda de lujo francesa fue fundada en 1854 por Louis Vuitton, aunque su herencia como fabricante de baúles, precede incluso a la fundación de la empresa.

 

Haciendo un poco de historia, este empresario en un principio se convirtió en un apreciado artesano del taller parisino de Monsieur Maréchal. Así fueron las raíces de un oficio altamente especializado; los comienzos de su carrera en una industria artesanal que requería habilidades para diseñar cajas a medida y, más tarde, baúles según los deseos de los clientes. Louis Vuitton permaneció 17 años antes de abrir su propio taller en el número 4 de la Rue Neuve-des-Capucines, cerca de la Place Vendome.

 

En aquella época, los coches de caballos, los barcos y los trenes eran los principales medios de transporte, y el equipaje se manipulaba con brusquedad. Los viajeros recurrían a artesanos para embalar y proteger sus objetos individuales.

 

En un inicio, el taller comenzó con 20 empleados, para 1900 había casi 100 personas y en 1914 ya eran 225.

 

El taller original se ha ampliado a lo largo de las décadas, pero sigue siendo el lugar donde se fabrican los productos hoy en día. Mientras que la casa familiar se ha conservado y forma parte de un museo privado, 170 artesanos trabajan en el taller de Asnières, diseñando y creando artículos de piel y pedidos especiales para clientes de todo el mundo.

 

La polémica en una empresa de este calibre, siempre ha estado presente. En mayo de 2010, las autoridades de publicidad británica prohibieron dos spots de la empresa, con artesanos trabajando en sus productos, por ser una violación de la «cláusula de veracidad» de ese país. Dichos anuncios, hacían suponer que carteras y bolsos de Louis Vuitton eran hechos casi en su totalidad a mano, cuando en realidad fueron en la mayoría del proceso creados en máquinas.

 

La empresa negó que sus productos fueran creados a máquina, argumentando que más de 100 personas participaron en la elaboración de cada bolsa, sin embargo, admitieron que habían utilizado máquinas de coser en algún proceso de producción.

 

En febrero de 2013, Louis Vuitton emitió una denuncia contra el propietario de una barbería en Hong Kong por violar presuntamente sus derechos de propiedad intelectual en relación con un taburete con la tela de recubrimiento que es similar al patrón a cuadros en bolsos de Louis Vuitton. Según el periódico diario de Apple en Hong Kong, la empresa buscaba una compensación de 25,000 dólares HK (alrededor de US$ 3,200) y la publicación de una disculpa en forma de anuncio de periódico. Frente a esta acusación, el dueño de la peluquería dijo que no tenía medios para hacer frente a Louis Vuitton y que tenía que cerrar su tienda ubicada en un remoto distrito en la isla de Hong Kong. La controversia había causado gran preocupación en foros de noticias de Hong Kong y la protesta fue viral en páginas de Facebook, como periódico amarillista.

 

Por esto! se genera la controversia de lo excesivo el poder, el uso del dinero y los abusos de empresarios que a costa de todo, buscan una razón que huye de lo real.

 

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